jueves, 1 de septiembre de 2011

Infinitas Oleadas de transformación



Querido …

Hace mucho que no sabemos el uno del otro, y he tenido el tiempo que necesitaba para pensar en mí. Recuerdas cuando me dijiste que deberíamos vivir juntos y ser infelices para poder ser felices, considera una prueba lo mucho que te Quiero el haber pasado tanto tiempo desgastándome en el intento para ver si funcionaba. Pero una amiga me llevo el otro día a un sitio impresionante se llamaba el augusteum, Octavio Augusto lo construyo para que albergara sus restos, cuando llegaron los bárbaros lo arrasaron junto con todo lo demás. El gran augusto, el 1º gran emperador de Roma, como podría haber imaginado el que Roma o para lo que el era el mundo entero acabaría en ruinas.
Es uno de los lugares más solitarios y silenciosos de Roma. La ciudad ha ido creciendo a su alrededor durante siglos, es como una bella herida como un desengaño amoroso al que te aferras por el placer del dolor.
Todos queremos que nada cambie….
Nos conformamos con vivir infelices, por que nos da miedo el cambio, que todo quede reducido a ruinas, pero al contemplar ese sitio el caos que ha soportado, la forma en la que ha sido adaptado, incendiado, saqueado, y luego hallado el modo en volverse a levantar, me vine arriba, alomejor mi vida no ha sido tan caótica y es el mundo el que lo es, y el único engaño es intentar aferrarse a él y a toda costa.
Las ruinas son un regalo. Las ruinas son el camino a la transformación.
Incluso es esta ciudad eterna, el augusteum me ha enseñado que debemos de estar preparados para infinitas oleadas de transformación.
Los dos nos merecemos algo más que estar juntos por miedo a sufrir si lo dejamos.